Las marcas de margarina de Unilever, Flora, Tulipán, Artua y
Ligeresa, han bajado su precio, a través de una promoción que entró en vigor el
3 de marzo, y que se aplica al precio de venta recomendado por el fabricante,
si bien la fijación del precio final sigue siendo potestad exclusiva del
distribuidor. Unilever estima que comparado con el precio de venta al público,
las marcas han bajado sus precios entre un 10% y un 15%. Esta bajada de precios
en las margarinas está siendo comunicada a los consumidores a través de una
campaña de publicidad que tiene por lema “Hay cosas que está bien que cambien”
y que incluye televisión, exterior, gráficas y los propios envases de las
margarinas.
Debemos plantearnos, qué factores han llevado a la
modificación del precio por parte de Unilever, una empresa que ha aumentado su
beneficio neto en un 11% en 2013, alcanzando los 4.842 millones de euros, lo
que indica en principio que no tiene la necesidad de aumentar las ventas, ni se
encuentra en una situación crítica.
En primer lugar, cabe destacar, que la bajada de precios no
es generalizada a todos los productos de la compañía: se limita a las marcas de
margarina, como se ha mencionado anteriormente. En cuanto a los factores
internos que han llevado a la fijación del nuevo precio, no podemos afirmar que
la empresa esté motivada por los costes u objetivos financieros, respondería
más a la estrategia general de la empresa, que pretende comunicar su compromiso
con la situación de crisis que atraviesa el país, pues Paco Prat, director de
marketing de Alimentación de Unilever España, ha afirmado en un comunicado: “En nuestro país, los presupuestos son cada
vez más ajustados y por eso queremos asegurarnos de que los consumidores
españoles pueden acceder a sus marcas de siempre, también en estos momentos tan
difíciles”
Por otro lado, los factores externos a la compañía sí han
determinado de manera relevante la fijación de un nuevo precio más bajo. En primer lugar, han jugado sin duda un papel
importante en la decisión de la compañía los precios de la competencia: las “marcas
blancas”, o marcas del distribuidor, se erigen como una gran competencia para
las marcas que ofrecen una mayor calidad a precios más elevados, especialmente
en estos momentos en que un porcentaje amplio de consumidores está especialmente
preocupado por el ahorro. Además, la horquilla de precio que está dispuesto a
pagar el consumidor por estos productos ha disminuido como consecuencia de la
crisis, pero también de la elevada competencia que existe en el sector,
tratándose de un producto primario en el que la diferenciación es bastante
complicada. Finalmente, y sin duda con un especial peso en esta campaña, de
acuerdo con lo expuesto en el comunicado del director de marketing de Unilever,
han influido significativamente las consideraciones sociales.
Pero Unilever no es la única primera marca que se ha visto
forzada a bajar los precios de ciertos productos para conseguir ser competitivo
en el mercado. Kellog’s, hace más de un año, bajó los precios de su gama de cereales para
luchar contra la marca de distribución, y realizó una campaña similar a la que
realiza ahora Unilever, en la que se comunicaba la bajada de precios de los cereales,
a la vez que se incidía en la calidad de los productos y en la utilización de ingredientes
españoles.
Un par de muestras de como primeras marcas, de empresas
asentadas y con beneficios, deben también adaptar su política de precios a las
situaciones sociales y a las nuevas realidades como el gran reclamo de las
marcas del distribuidor.
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